EL DÍA EN QUE DESAYUNÉ CON STEPHEN HAWKING parte 2

El gringo simpático y el zoólogo británico maleducado

Vista desde el Hotel de Abama de la isla de la Gomera durante el festival Starmus 2014

Vista desde el Hotel de Abama de la isla de la Gomera durante el festival Starmus 2014

Mark Boslough: un científico simpático e investigador de meteoros

Mark Boslough: un científico simpático e investigador de meteoros

acreditacion prensa pablo

Durante un de los “coffee break” del Starmus me acerqué, en primera fila, al astrofísico Mark Boslough, uno de los grandes investigadores de asteroides y meteoritos que han caído y siguen cayendo sobre la tierra. Mark es uno de estos “gringos” que se hacen querer: alto, sonriente, sencillo y muy simpático. Accedió rápidamente a que le entrevistáramos en un set improvisado que Marcos montó en una salita contigua al auditorio. Allí Mark nos sacó de su bolsillo una piedra, en realidad un pedazo del meteorito de Chelyabinsk que cayó en Rusia en 2013 provocando muchos desperfectos urbanos. El astrofísico – que vive en Nuevo Méjico –fue uno de los primeros en llegar a aquella localidad para investigar el suceso.

En su charla nocturna, en Adeje, Mark Boslough habló sobre los peligros que representan algunos meteoros y asteroides que se acercan a la Tierra, a ejemplo de Tunguska cuyo origen atribuye a un pedazo de un cometa que explotó en la atmósfera terrestre sobre la taiga Siberiana en 1908.

Por los pasillos y anexos al auditorio del hotel es donde se sucedían las anécdotas y contactos. El célebre zoólogo Richard Dawkins, autor del bestseller “El gen egoísta”, era uno de los pocos invitados que anduvo sólo en todo momento. Mientras otros venían acompañados de sus esposas, esposos, hijos o amigos, Dawkins deambulaba en solitario y en más de una ocasión nos lo encontramos despistado e incluso pidiéndonos información de cómo llegar al restaurante Mirador

En el hall de hotel le abordamos para solicitarle una entrevista. Con su mirada de águila, me miró de arriba abajo – haciéndome un “scanner” completo como si yo fuera un “bicho raro” – y, en seguida, a mi amigo, el biólogo y criptobiólogo Gustavo Sánchez Romero. No contestó a la petición y en plena marcha nos dijo: “me voy a mi habitación”. Nos quedamos perplejos pero esto aún no era lo peor. Vimos a una adolescente de no más de 14 años que le rogó a Dawkins – con una sonrisa de alegría y emoción – que le firmara uno de sus libros. El arrogante biólogo británico miró el libro y contestó: “en este congreso sólo firmo el libro oficial”. Y se quedó tan pancho… Un chico que le trajo el libro oficial del evento también sufrió una decepción por parte de su admirado biólogo: éste miró la primera página y leyó detenidamente una larga dedicatoria. Puso cara de desaprobación, cerró la tapa del libro y se lo entregó al fan sin firmarlo…

La charla proferida por Dawkins fue una verdadera estafa. Su prometedor título quedó en eso: “Una taxonomía tentativa de vida extraterrestre”. Digo estafa porque se trataba de un desvergonzado refrito de antiguos trabajos (quizá de los años 60 y 70) de otros biólogos y astrofísicos sobre la posibilidad de vida en otros planetas no a partir del carbono sino de otros elementos ¿Cómo serian los seres en un planeta sin gravedad? o ¿con mucha niebla? Es decir, algunos tímidos intentos de visualizar vida extraterrestre que muchos otros ya han realizado pero sin ninguna aportación nueva. Eso sí, logró ofrecer un titular para la prensa de que algún día encontraremos señales de vida inteligente en el Universo pero que no debemos preocuparnos: los alienígenas seguramente no nos invadirán pues están muy lejos de la Tierra. En suma, una decepcionante charla de Dawkins.

Además, este zoólogo es conocido por ser un escéptico radical y de emitir opiniones contundentes y polémicas con el objeto de despertar la atención ya no para un determinado tema (como la religión, el creacionismo o el darwinismo) sino para su propia persona. Es conocida su campaña antireligión en los autobuses londinenses donde mandó pegar eslóganes que negaban la existencia de Dios.

Tras unos tres intentos, Gustavo Sánchez (con su inestimable ayuda como intérprete) y yo logramos que, al final de las charlas, nos pudiera atender por diez minutos para grabarle una entrevista. Marcos ya tenía montado un pequeño set en un rincón del auditorio, al fondo. Allí nos conducimos con el ilustre invitado hasta que una trabajadora del hotel nos interrumpió de lleno: “a mi nadie me va a pedir silencio mientras esté trabajando para desmontar los equipos que aquí tenemos”, nos dijo sin ninguna educación y consideración.

La tensión aumentó pues Dawkins no es un tipo que tenga demasiada paciencia pero aún así lo llevamos al otro extremo del auditorio y intentamos remontar el set en tiempo récord. Mientras, Gustavo le daba conversación al científico y este, altivo, le pidió la lista de preguntas (en inglés y castellano) que tenía entre sus manos. De reojo miró la palabra UFO (una de las preguntas era sobre su opinión respecto a la desclasificación Ovni por parte del gobierno británico) y echando la hoja para delante – como si se tratara de un contrato con el mismo demonio – dijo que se iba, que no concedería la entrevista. Vimos como el flemático británico salía en línea recta, disparando, dejándonos boquiabiertos ante su compulsiva actitud.

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